Se fue otro año para Platense. Desastroso como pocos en los resultados. Mal parido de principio a fin y con situaciones de película en el medio. Simplemente para olvidar. ¿La ilusión? prontamente archivada.
El duro mazazo que significó perder de esa manera la final del Reducido ante Temperley dejó al borde del hartazgo a muchos dentro de Platense. Tanto la gente, como los jugadores, el cuerpo técnico y el presidente entendieron que este torneo seria muy duro de combatir. Y así fue, como a partir del alejamiento de dos piezas claves como Patricio Rodríguez y Luis Quiroga la estructura del equipo se desmoronó. Si bien aparecieron nombres como Pablo Bueno y Dante Zúñiga, ningún refuerzo pudo ponerse en los zapatos del «Pato» o el «Popi».
En el primer día de entrenamiento ya los ánimos ni las herramientas eran las mismas. Con el cambio de Ohcan a Retiel, la marca saliente retiró toda su vestimenta del club y como Retiel se demoró en la entrega de su material los jugadores tuvieron que entrenar con ropa de emergencia de Kappa que pertenecían al ejército civil. Con esos buzos y pantalones viajaron a la pretemporada (sumado a algunas pecheras de la nueva marca).
Al regresar Sebastián Méndez supo que a su nuevo Platense le faltaba juego y por eso, casi sobre el filo, apareció Martín Peyrán (que sin hacer pretemporada con el «Marrón» firmó como refuerzo y fue titular en la primera práctica mostrando la desesperación por encontrar a alguien que sepa con la pelota). Así, con el equipo emparchado y una herida muy abierta Platense se vio obligado a saltar al campo para pelear otro campeonato con un factor determinante que le jugó siempre en contra: el psicológico.
El año le fue esquivo de principio a fin y le dio muchos cachetazos; el 0-3 con Almagro, la cancha suspendida, los 11 jugadores separados, la ida de Méndez y Pedro Vilariño en simultáneo y la derrota por penales ante Armenio por la Copa Argentina son algunos sucesos que explican el terrorífico 2014 para el «Calamar».
Aquí repasamos en esta línea del tiempo el paso a paso del 2014 para Platense:
Por Ignacio Zabalza